Soledad Ayala (APE)
Soledad no moriste en soledad
por eso tu muerte no se llora
simplemente la izamos en el aire
Mario Benedetti.
Es recordada, por los que la conocieron personalmente y por los que no; ya que su nombre trascendió en el imaginario de los militantes contemporáneos a ella, como una joven con una humanidad y encanto que la desbordaban, rebeldía y dignidad. Provenía de una familia de luchadores, su abuelo Rafael Barret, anarquista, denunció sistemáticamente la explotación y el sufrimiento del pueblo Paraguayo. Vivió su adolescencia en el Uruguay, exiliada junto con su familia, donde como dirigente estudiantil reconocida, a los 16 años, fue secuestrada por un grupo neonazi. Como explicara Benedetti, “te tajearon los muslos porque no quisiste gritar viva Hitler ni abajo Fidel…”. Se vio obligada a partir al exilio nuevamente, esta vez a Cuba, donde se enamoró del brasileño José Ferreira, quien fuera secuestrado y muerto en 1970 al ingresar al Brasil; más tarde conoció al también brasileño, José Anselmo, reconocido dirigente revolucionario, proveniente de las filas de la Marina, con quien regresó al Brasil.
Secuestrada, torturada, embarazada de 5 meses, es asesinada el 8 de enero de 1973 en Recife, Brasil, junto con 5 compañeros más que pertenecían a su movimiento “Vanguardia Revolucionaria”, entregados por “El Cabo Anselmo” quien fuera su compañero y padre de su hijo, infiltrado de las fuerzas policiales y verdugo de decenas de militantes políticos.
Soledad Barret, muchacha paraguaya, nos acercamos a tu nombre para recuperar nuestra memoria de ímpetus y sueños, luchar por transformar una realidad injusta e indiferente al dolor humano, con Benedetti, Viglietti que nos acercaron más a ti, así como los hermanos argentinos que dan tu nombre a nuestra casa de la juventud Argentino Paraguaya – Mitârusu ha mitâkuña Paraguai ha Argentinaygua Roga.
por eso tu muerte no se llora
simplemente la izamos en el aire
Mario Benedetti.
Es recordada, por los que la conocieron personalmente y por los que no; ya que su nombre trascendió en el imaginario de los militantes contemporáneos a ella, como una joven con una humanidad y encanto que la desbordaban, rebeldía y dignidad. Provenía de una familia de luchadores, su abuelo Rafael Barret, anarquista, denunció sistemáticamente la explotación y el sufrimiento del pueblo Paraguayo. Vivió su adolescencia en el Uruguay, exiliada junto con su familia, donde como dirigente estudiantil reconocida, a los 16 años, fue secuestrada por un grupo neonazi. Como explicara Benedetti, “te tajearon los muslos porque no quisiste gritar viva Hitler ni abajo Fidel…”. Se vio obligada a partir al exilio nuevamente, esta vez a Cuba, donde se enamoró del brasileño José Ferreira, quien fuera secuestrado y muerto en 1970 al ingresar al Brasil; más tarde conoció al también brasileño, José Anselmo, reconocido dirigente revolucionario, proveniente de las filas de la Marina, con quien regresó al Brasil.
Secuestrada, torturada, embarazada de 5 meses, es asesinada el 8 de enero de 1973 en Recife, Brasil, junto con 5 compañeros más que pertenecían a su movimiento “Vanguardia Revolucionaria”, entregados por “El Cabo Anselmo” quien fuera su compañero y padre de su hijo, infiltrado de las fuerzas policiales y verdugo de decenas de militantes políticos.
Soledad Barret, muchacha paraguaya, nos acercamos a tu nombre para recuperar nuestra memoria de ímpetus y sueños, luchar por transformar una realidad injusta e indiferente al dolor humano, con Benedetti, Viglietti que nos acercaron más a ti, así como los hermanos argentinos que dan tu nombre a nuestra casa de la juventud Argentino Paraguaya – Mitârusu ha mitâkuña Paraguai ha Argentinaygua Roga.
En algún sitio del viento o de la verdad
está con su sueño entero la Soledad.
No quiere palabras largas ni aniversarios;
su día es el día en que todos digan,
armas en la mano: ”patria, rojaijú”.
Daniel Viglietti.
Daniel Viglietti.