sábado, 1 de agosto de 2009

Justicia! Por las víctimas de Ykuá Bolaños

COMUNICADO POR LOS 5 AÑOS DE LA MASACRE DE YKUA BOLAÑOS
CON RUEGO DE DIFUSIÓN
Coordinadora de Organizaciones de Víctimas de la Masacre de Ycua Bolaños.
www.ycuanuncamas.org <http://www.ycuanuncamas.org>
ycuabolanos@gmail.com <ycuabolanos@gmail.com>

ES COMO SINO HAYA PASADO UN DIA. PERO SON CINCO AÑOS!!!
Hoy es 1º de agosto de 2009...
Hoy es otro día, para la mayoría de los ciudadanos, sólo un día más. y sentados frente al televisor o casualmente escuchando la radio habrán recordado de pasada lo ocurrido en el Barrio de Trinidad hace unos años.
Para nosotros, los sobrevivientes, familiares, huérfanos y amigos también es un día más. un día más de dolor y de humillación, uno más, que nos destroza el alma, nos agita los nervios y nos estruja el corazón con una profunda tristeza.
Un día más para abrazarnos y para encontrar consuelo sólo en nosotros mismos que padecimos la misma tragedia, puesto que de la mayoría de las instituciones sólo hemos encontrado indiferencia y olvido, cuando no, persecución.
Es una congoja profunda, ahora algo consolada por este nuevo reencuentro entre nosotros, hermanos en el dolor, autoconvocados, tierna, dolorosa, entrañablemente reunidos para seguir acariciando juntos, a todos nuestros seres queridos, arrebatados de nuestra vida en trágicos e infernales minutos.
Este quinto aniversario tiene un carácter especial. Hoy los responsables, que se pasean libremente por todo el mundo, acariciaban ya con sus dedos la posible extinción de la causa o el sobreseimiento definitivo que deje impune su crimen para siempre, o conseguíamos una "migaja" de justicia totalmente irrisoria para la magnitud del daño generado por las 400 muertes, 500 heridos, 206 huérfanos, 7 desaparecidos hasta la fecha y 1070 familias afectadas.
¿Cómo medir, contar o sumar el dolor acumulado en estos cincos años? Es imposible. Cuando es profundo, auténtico, injusto, duele cada día y a cada hora. A cada instante y en cada sitio, en cada gesto que parecía olvidado. Y a ese dolor hay que sumar las mentiras y el silencio cómplice del Poder Judicial.
El dolor, este sufrimiento que desde hace cinco años nos persigue como nuestra propia sombra, tiene sus causas.
En la sociedad humana, la maldad tiene muchas maneras de manifestarse, crece en lugares tenebrosos y es parida por la avaricia desmedida, el egoísmo sin límites, la adoración de ganancias desmesuradas...
Hace 5 años en el Ycua se vendían mercaderías, ese día cerraron las puertas a las víctimas, pero hubo otras puertas que se abrieron para seguir negociando, comprando voluntades, conciencias y silencios.
Si analizamos un poco la vida, vemos que todo tiene sus causas, nada se da en nuestra existencia por casualidad. No fue por un azar que crucificaron al Nazareno; tampoco por azar se produjo el incendio del Ycuá Bolaños.
Ese siniestro derivó en genocidio y desde hace cinco años se ha instalado como una permanente tortura para todos nosotros, convertidos en objeto de burlas, humillaciones, víctimas de la mala fe de algunos, calumniados, amenazados, criminalizados por la deshonra y el perverso maridaje del Poder Judicial con el gran capital espurio.
En respuesta a tanta maldad, fácil sería responder con el atavismo de la venganza, pero sabemos que ello engendraría aún más dolor para muchas personas y familias.
Creemos, en cambio, que está mucho más cercano a nuestras convicciones y sentimientos, aliarnos al tiempo y a la justicia de los hombres y mujeres decentes, dignos de mirar el sol de frente, con la cabeza erguida, sin la cobardía de los Paiva y sus juristas secuaces.
Muchos locales de afluencia numerosa de público, como el Ycuá, siguen sin inspección técnica de ninguna índole, resultado de la complicidad en la corrupción, entre empresarios inescrupulosos y autoridades del Estado, en particular de las municipalidades.
Muchos desean que los sobrevivientes y las víctimas del asesinato en masa, dejemos de manifestar nuestros derechos, nuestros gritos pidiendo justicia. Quieren que cerremos la boca, para ponerle un manto de olvido a ese crimen masivo.
Para todos nosotros, la inmensa herida está abierta y jamás cicatrizará mientras dure la impunidad!!. Nos resistimos a creer en la resignación frente a la injusticia, frente a la indiferencia, frente a la corrupción, frente a la concupiscencia de las autoridades con algunos empresarios gangsteriles, violador de las leyes y usurpadores de los más elementales derechos humanos con sus propios trabajadores.
Todas las autoridades del pais tienen la obligación moral de conocer la génesis de los males que ahondan el DOLOR PARAGUAYO y buscar soluciones.
¿Qué otras muestras de torturas, abusos, humillaciones y burlas, necesita el pueblo paraguayo para reaccionar y solidarizarse con la lucha de las víctimas del incendio?
Mucha gente olvida que el precio en vidas y sufrimientos de cinco mil personas, víctimas del Ycuá Bolaños, puede también tocarles pagar un día, un simple, normal día como cualquiera, cuando estando disfrutando de un paseo, se le venga encima un edificio mal construido y jamás bien mantenido.
Además, morir calcinado, asfixiado, porque no había por dónde escapar, es un horror que, con sólo imaginarlo, debe mover las fibras más sensibles de cualquier ser que pueda llamarse humano.
La palabra más repetida de un tiempo a esta parte ha sido "el Cambio", pero para nosotros, la vida ha cambiado poco y no cambiará hasta que la Verdad no prevalezca sobre la mentira, la manipulación y el silencio; mientras que la Justicia no traiga de la mano a la Paz, porque eso es lo que más deseamos, poder descansar en paz con la satisfacción de saber que nuestras luchas y movilizaciones por nuestros seres queridos no fueron inútiles.
Es necesario que el pueblo, responsablemente, se lo recuerde a todas las autoridades y comience a presionar y forzar sobre todas las instituciones del Estado, abriendo el tránsito por caminos nuevos que permitan recuperar la decencia y la dignidad de los forjadores de la Patria, cuyo sacrificio, desde las honduras comuneras, fue para construir una vida paraguaya muy diferente a la actual.
Sabemos que el Dios de la Vida está con nosotros. Él abrió las puertas de la eternidad a nuestros seres queridos cuando unos malvados se las cerraron acá abajo. Y a todos nosotros nos anima a seguir luchando para que nadie más tenga que sufrir como padecimos nosotros.
Sin Justicia..... No hay paz...... Otro Ykua Bolaños...... Nunca mas...
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