África rica y distante
Hace una semana tuve oportunidad de participar de las IV Jornadas de Cultura y Desarrollo en la ciudad de Córdoba (España). En esta ocasión el tema era la Cooperación Cultural con África. Del evento organizado por la organización Batá, participó un centenar de personas cercanas al tema y curiosos de información acerca de la realidad de un continente que para los latinoamericanos ( y posiblemente para los españoles) nos es muy lejano aunque tengamos en algunos países mucha influencia cultural y migratoria.
En los dos días se habló mucho de los mecanismos de cooperación de los países del norte, principalmente de España hacia los países africanos, con sus críticas incluidas; pero también y quizá lo más interesante fueron las experiencias y proyectos que se vienen realizando con el continente a modo de intercambio de desarrollo cultural. Aunque para este cronista, la médula, el “karaku”, lo graficó en la charla inaugural el profesor Mbuyi Kabunda Badi, catedrático de relaciones Internacionales de varias universidades europeas y africanas.
Kabunda recriminó de entrada a algunos críticos y “africanólogos” de “tratar al continente como si fuera una cosa homogénea o uniforme”. Dijo que algunos analistas, por la adhesión conciente o inconciente a los paradigmas eurocentristas se dedican a la crítica virulenta o autocrítica sin cuartel dictada por el fracaso del contrato social poscolonial en el continente africano, privilegiando en sus enfoques los aspectos negativos de aquellas realidades. “De allí la necesidad de abrir el debate para saber hasta dónde llega la verdad, por que creo que hay que evitar el afrocatastrofismo, que en muchos casos es culpa de los medios de comunicación”, expresó Kabunda.
Planteó a los líderes e intelectuales africanos a “mirarse desde ese africanismo” para no caer en desinformación y explicaciones fáciles sobre las realidades del continente, argumentando que hay “varias áfricas, desde sectores geográficos, niveles de desarrollo, aspectos históricos, políticos y culturales. Porque Somalia no es Costa de marfil”.
Durante toda su intervención cuestionó el colonialismo feroz a que fue sometido el continente y que hasta hoy se sigue expoliando a África gracias a la complicidad de las élites dominantes y que le siguen el juego a las metrópolis de occidente. Sin embargo destacó la cualidad de la cultura común en algunos pueblos africanos, ya que siguen caracterizándose por “el colectivismo, el comunitarismo. La función de la familia que se extiende por toda la aldea o clan, que se explica por la búsqueda permanente del individuo y el grupo que asegura al primero todas sus necesidades básicas, y en particular el derecho a la alimentación. Esto lo graficó con una expresión en suahili, que invita al visitante o a cualquier persona a comer con ellos.
Esta tradición se extiende al plano ideológico, porque según explica el catedrático “esto explica la tradición y desde lo ideológico convertidas en elementos de unidad e ideologización de las masas, el predominio del grupo sobre el individuo. La toma de decisiones por consenso, la ausencia de la acumulación privadas. Que desgraciadamente fueron manipuladas por las élites”, élites a las que denomina colonialismo interno.
Culminó su charla diciendo que África es por excelencia el continente de las relaciones sociales, un bien cada vez más escaso en otras partes del planeta. Por ello reclamó que “debemos incorporarnos a la mundialización, pero no como objetos, sino como sujetos y protagonistas, porque África debe empezar a vender y no a venderse”. Puntualizó.
Cóctel intercultural
La jornada se desarrolló los días 23 y 24 de septiembre y durante esos días pude palpar parte de la realidad cultural africana, además de disfrutar de la música mediante un recital de más de tres horas en el Jazz Café de Córdoba, que hizo del deleite de participantes y lugareños. Unas jornadas en las que se intercambiaron experiencias de cine, música, entre otras expresiones, donde África y su gente fue la protagonista y desde allí ver como se van tejiendo proyectos con Europa y también en algunos países latinoamericanos con mucha influencia “afro”, como Brasil o Cuba que, también estuvieron representados. Unas jornadas que nos acercó y nos compartió en pequeñas dosis esa gran riqueza humana y cultural. Y sobre todo que África no es un conflicto en expansión como lo pintan los medios, sino un sinfín de oportunidades humanitarias y culturales. Un continente del que nos queda mucho por aprender.
Marco Antonio Flecha Torres
Email: marcoflecha@hotmail.com
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