lunes, 3 de mayo de 2010

Paraguay, al son del arpa


“Los artistas locales no tenemos apoyo económico, porque las grandes compañías multinacionales tienen otros intereses”




CONVERSACIÓN CON FRANCISCO GIMÉNEZ

Por María Elena Medina (*)


Joven guaireño, arpista de renombre internacional pero de raigambre nacional y popular es Francisco Rafael Giménez Britos. Tiene como paradigma a los arpistas y creadores Enrique Samaniego y Luís Bordón. Discípulo de Oscar Nelson Safuán, Francisco, nacido en Villarrica en el año 1972 un 12 de agosto, acaba de cumplir 37 años y confiesa que su mayor anhelo es “que el arpa siga sonando como arpa paraguaya”. Esta conversación transcurre en la casa de su representante en Buenos Aires, Ovidio Ottaviano.

- ¿No es usted coqueto? No niega su edad. No… ¿Para qué, al contrario, si es un privilegio tener mucho y aparentar menos? ¿Es vanidoso?

- A pesar de algunas canas que aparecen, con un poco de betún se puede tapar.

- Claro, la naturaleza no perdona. Francisco, ¿en qué parte mismo de Villarrica ha nacido?

- Yo nací en una compañía que se llama Carovení Nuevo…porque hay uno que es Carovení Viejo. Es el guaranización de nombre de Carlos Benítez, igual que Saro Caro, es Lázaro Cardozo. Son nombres guaranizados. Este acontecimiento es de la época del Gobernador Domingo Martínez de Irala, allá por el 1500. Cuando se casó el hijo de Carlos Benítez, el padre le cedió un territorio el que sería hoy Carovení Nuevo. Eran grandes extensiones de tierra que con el tiempo fueron formando la Compañía de Villarrica. Después desde los dos años de edad, hasta 8, viví en Itacurubi de la Cordillera. Allí cursé mi primer grado, luego volví a Villarrica.

-¿En qué parte vivía?

- En el Barrio Loma Valentina.

- Ya me imaginaba, por algo es que hay en su obra “Al son del Arpa” un tema con ese nombre.

-Exactamente. A pesar de haber nacido en Carovení, lo que recuerdo es Itacurubi y Loma Valentina

-¿Es ahí en donde está la fábrica azucarera Friedmann?

-No, ese es Barrio Estación. Antiguamente pertenecía a Loma Valentina. Pero después de la aparición del tren, llegó a llamarse Barrio Estación.

-Claro, fue el tiempo en que el progreso ingresó en la zona a través del ferrocarril.

-Sí; dicho sea de paso, Villarrica hace tiempo que se quedó estancado .El tren dejó de ser el medio de transporte principal desde que aparecieron las rutas internacionales.

-Es verdad; modernas flotas de empresas privadas desplazaron a los antiguos trenes que pertenecían al Estado Paraguayos, y que marcó un hito en la historia del ferrocarril en Sudamérica.

-Sí; en aquellos tiempo, Villarrica fue muy prospero y todas las estaciones cercana, a la ciudad, por ejemplo Félix Pérez Cardozo, Isla Sakä, Guairá y Caazapá. El tren comunicaba a los pueblos del interior entre si.

-Recuerdo la estación San Salvador, de donde nacía el Ramal Yguazu. De esa estación partía el tren que iba a Ava´i. Hacía combinación con el Ramal Asunción, Encarnación. Cada llegada del tren, era una verdadera fiesta. Fue en la década del 60.

-¡Qué historia dejaron los paraguayos de aquellos tiempos!

-Francisco, ¿dónde comenzó su formación académica musical?

- En Villarrica, con Don Herminio Careaga, quien fue mi primer maestro, contemporáneo de Félix Pérez Cardozo. Don Herminio fue maestro de toda una generación de arpistas y músicos, porque no solamente enseñaba a tocar el arpa, también era maestro de acordeón, violín. También tocaba guitarra clásica porque fue alumno de Carlos Talavera. Pero yo empecé tocando guitarra.

- ¿Estudió música?

- No…no. Resulta que tenía un tío, hermano de mi mamá, que era arpista, después de haber hecho una jira por Brasil, quedó totalmente paralítico. Sufría enfermedades de los huesos y a lo 21 años ya estaba inmóvil, era soltero y vivía con mis padres; luego nací yo. Este tío quería enseñarme a tocar el arpa.

- ¿Y su inquieto?

-Sinceramente cuando eso no me atraía mucho el arpa, y pregunté a mi papá sí mi tío podría enseñarme la guitarra.

-¿Tenía movilidad en las manos?

- No…ya no. Por eso justamente mi papá me decía “¿Para qué?, si ni siquiera él puede tocar el arpa, le vas a poner nervioso de balde a tu tío, tranquilízate. Aparte que vos trabaja conmigo en la carpintería, y los arpistas tienen las manos delicadas”. Entonces, mi tío me enseñó la guitarra y al poco tiempo, se murió, pero dejó una carta dirigida a mis padres en donde les decías que no sean tontos y que en su memoria me hicieran enseñar el arpa, que ese instrumento me abrirá muchas puertas en el futuro. Esa carta le abrió un poco la cabeza a mi padre, porque mi madre, estoy seguro que siempre estuvo de acuerdo.

- ¿Este tío suyo era hermano de su madre?

- De mi mamá; y…estaba el arpa en una esquina, todavía estaba afinado, y la veía a mi mamá tocar algunos acordes. Ella en su juventud tocaba el arpa. Este tío fallecido, además de ser arpista, era trompetista en la banda militar de Villarrica y conocedor de la escritura musical, pero las manos ya no le respondían. Mi tío murió un 23 de diciembre y un vecino nuestro nos invitó a pasar en su casa la Nochebuena para mitigar un poco la tristeza. Pusieron un disco de música navideña en grabación de Luís Bordón; ese sonido me llamó la atención, sonaba diferente. Me preguntó mi papá “¿Te gustaría tocar el arpa?” Hasta ese momento yo no sabía de la existencia de la carta. Le dije a papá, si voy a tocar como suena en ese disco, claro que me interesaba. Ahí me explicó sobre la carta y al siguiente día, el día de navidad, mi papá me dijo “vamos a visitar a Don Herminio Careaga, es un maestro de arpa; si mal no recuerdo hace 20 años fuimos con tu tío”. Fuimos en bicicleta.

-¿Dónde vivía Don Careaga?

-En la zona de Villarrica, pero totalmente a otro extremo de la ciudad.

- ¿Hacia el Ybytyruzu?

- Yo vivía más bien hacia Hy aty, hoy Félix Pérez Cardozo. Dijo don Careaga a mi papá, que en dos meses ya se daría cuenta, si poseo talento para ejecutar el arpa y me tomó una prueba. A partir de ese momento, empecé a tomar clases tres veces por semanas.

- ¿Y empezó a gustarle?

- ¡Sí!

-Pero esa decisión ¿No fue un compromiso moral con la historia de tu tío, que había dejado una carta en donde pidió que te hicieran enseñar y luego murió?

-Si; por un lado sí. Y por otro, inconscientemente, no me gustaba la carpintería. Porque mi papá había dicho que si en dos meses no se oye el sonido de mi progreso, me llevaría nuevamente con él a la carpintería y que nunca más tocaría el arpa. Entonces, practicaba horas y horas diarias para pasar la prueba. Y así transcurrieron dos años. Un día, Don Careaga le dijo a mi papá, “mire Don Giménez, yo ya no tengo nada que enseñar a su hijo, tiene que buscar otro maestro”.

Y así fue que empezó a enseñarme un sobrino de Enrique Samaniego. Con él aprendí algo de las técnicas de Samaniego, en tres meses. Luego viajé a Asunción para un concurso de arpa, en ese festival conocí Papi Galán, que gentilmente se ofreció a darme un curso de perfeccionamiento que, duró tres meses. Luego ya viajé a Europa.

- ¿Y ya se le abrían las puertas?

-Sí. Mis referentes dentro de la escuela de mi formación artística fueron siempre Luís Bordón y Enrique Samaniego. Ellos fueron mis guías. Trataba de combinar los dos estilos, sacaba el que más me gustaba.

- Se sentía identificado con ese estilo. Después viajó a Europa. Concretamente, ¿a qué país fue?

- A Francia. Como parte del premio del festival, había ganado un arpa, un trofeo y un viaje de gira de dos meses por Europa.

- ¿Un paso gigantesco, no cree?

-Después de dos meses, todos mis compañeros regresaron a Paraguay, yo pasé a Suiza, contratado y volví después de seis años. Durante cinco años, hicimos gira por toda Europa. Regresé a Asunción, con el deseo de conocer un nuevo género musical. Fue cuando me enteré de la vuelta a Paraguay de Oscar Nelson Safuán (creador de la “Avanzada”)

- ¿Qué es la “Avanzada? Hay un tema de ese ritmo en su obra “Música en clave”.

- Es un género musical, popular, de raíz folclórica, pero con un lenguaje actual más contemporáneo. En Asunción tomé contacto con Oscar Nelson Safuán, ya que él fue uno de los jurados en el festival donde gané el concurso. Empezamos a componer y a grabar juntos. Me enseñó la escritura musical para entender mejor lo que es la “Avanzada”. A partir de entonces, puedo decir que me convertí en su discípulo.

-Francisco, debo confesarle de mi escaso conocimiento sobre la disciplina musical. ¿Adoptó usted un estilo nacionalista, porque en el sonido de las treinta y seis cuerdas se siente la presencia de Paraguay? ¿Es así?

-Claro, esa es justamente la parte de mi ideal y también de Safuán, cuando creó la “Avanzada”…que suene a Paraguay, que tenga identidad nacional con una raíz paraguaya, y que sea contemporáneo a la vez. Él había creado ése nuevo género musical dentro ese ideal, para no recurrir a género internacionales y tratar de internacionalizar lo que es nuestro. En cuanto al sonido del arpa, yo llevo el mismo anhelo. Lo que no quiero es que pierda el sonido del arpa paraguaya. Buscando algo nuevo, no caer en el error de tocar como arpa irlandesa o la clásica y perder el sonido maravilloso y la identidad que tiene el arpa paraguaya.

Es por eso que, en cuanto a grabaciones y en algún espectáculo en vivo, recuro a los timbres sonoros contemporáneo e internacional, como instrumento de apoyo y ése sonido es el resultado de una evolución…perderlo sería un retroceso. El arpa que llegó a América es la irlandesa, la que fue tomando identidad regional y llegó a la cumbre con Félix Pérez Cardozo, ya sea en la fabricación del instrumento y la técnica. A partir de entonces fueron evolucionando, cada arpista incorporaron sus aportes para enriquecer cada día, como Luís Bordón y Enrique Samaniego, quienes fueron los primeros innovadores. Perder todas estas creaciones, sería aberrante.

- Cómo artista, defensor de la identidad, ¿Qué opinión tiene sobre la invasión cultural?

-Sí, ese es un problema que afecta no sólo a Paraguay, si no a todo el mundo. Es la globalización. Actualmente la música dejó de ser arte para convertirse en producto y como todo lo que es regional y nacional, tiende a desaparecer por las políticas comerciales de las grandes cadenas internacionales en cuanto a la discografía. Una de las tantas cadenas es la Sony, que compró todos los sellos y tiene el objetivo de terminar con todo lo relacionado con la identidad regional y nacional para imponer sus productos. Detrás de sus productos existen grandes inversiones en publicidad. Utilizan las imágenes, buscan artistas lindos, chicas bonitas, cuerpos hermosos captando más bien lo visual antes que lo artístico. Sin embargo, en la música nuestra, la considerada regional o de un país determinado, con identidad propia, los artistas no tenemos ese apoyo económico, porque las grandes compañías multinacionales tienen otros intereses.

Por otro lado la sobrevivencia de la música de raíz folclórica, es acompañar al proceso, darle la forma tradicional e ir adoptando lo pequeños colores y sabores del gusto contemporáneo. Por ejemplo yo personalmente considero que es indispensable fusionar la electrónica con la folclórica. Aprovechar lo bueno de cada elemento, hay que sacar provecho a la tecnología, lo importante es saber combinar los sonidos.

- ¿Qué mensaje le gustaría dejar a la colectividad paraguaya radicada en Buenos Aires y a la juventud en especial?

- El saber no ocupa lugar, que escuchen y bailen lo que quieran, pero que no subestimen nuestra música, que no deje de tener en cuenta su identidad, defenderla es un deber moral de todos los paraguayos. Del Paraguay de adentro y de afuera.

(*) María Elena Medina es periodista, reside en Buenos Aires y colaboradora de APE.

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