Por Fátima Rodríguez
Paraguay tiene a cerca de la mitad de su población repartida en el mundo en estos momentos. Según el documento del Primer Congreso de Migrantes realizado en Asunción en julio pasado,
“actualmente se expulsa diariamente más paraguayos de los que nacen”.
Según medios televisivos argentinos que analizan el impacto de la crisis financiera mundial, los primeros que debieron sufrir en carne propia las consecuencias de la crisis mundial son los obreros extranjeros, especialmente paraguayos, bolivianos y peruanos. Por ley, los empresarios deben dar prioridad a los ciudadanos del país residente de la empresa y la lógica afirma que en épocas de crisis los primeros despidos siempre tocan a quienes son inmigrantes.
La crisis económica ha tenido importante impacto en el ámbito de la construcción principalmente y es de conocimiento general que la mayoría de los paraguayos residentes en la Argentina se dedican a este rubro. Aún no se han publicado informaciones oficiales sobre la cantidad de connacionales retornados en los último meses por haber quedado sin trabajo, pero las noticias de boca en boca en las reuniones de las organizaciones sociales de la comunidad confirman que ya existe una importante cantidad de compatriotas que han sido despedidos de sus puestos laborales y --teniendo en cuenta la dificultad de obtener nuevo empleo-- se han obligado a retornar al país.
EL MIEDO DE VOLVER
Para algunos que han aprendido a ahorrar con el deseo de regresar, puede resultar el momento justo. Sin embargo, el miedo a volver a salir del Paraguay otra vez “con una mano adelante y otra atrás”, es la constante a la hora de pensar en invertir los ahorros en el Paraguay. Esta problemática se le ha planteado al Secretario de Repatriados y Refugiados, Samuel Lugo en su visita a la Argentina durante la semana pasada.
Representantes que trabajan con organizaciones de paraguayos en la Villa 31 del barrio Retiro de Buenos Aires plantearon la necesidad de un órgano que facilite información sobre las municipalidades para el retorno de quienes han ahorrado pero necesitan tener la información real sobre el mercado y las posibilidades laborales en el interior del país. Lugo, se comprometió gestionar a través de su secretaría la posibilidad de que intendentes del interior ofrezcan información sobre sus comunidades para los compatriotas que deseen volver.
En la Villa 31 residen numerosos compatriotas y existen diferentes organizaciones que trabajan con ellos. A los desempleos por la crisis mundial,se le suma ahora la problemática de que en esa zona actualmente existe la posibilidad de que sean desalojados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por lo que también se planteó la necesidad de un trabajo de la Secretaría de Repatriados o de la Embajada Paraguaya en Buenos Aires para la facilitación de un retorno digno al país a quienes bien quieran regresar con sus familias.
Vender todo lo que uno tiene para volver al país y vivir el resto de la vida allí es el deseo de la mayoría de quienes residen lejos de su tierra natal. Sin embargo, la experiencia de fracazo repetido sólo aumenta la aversión al riesgo a la hora de invertir en Paraguay.
El miedo es terminar como otros que teniendo un negocio, una casa, una vida en la Argentina han vendido todo para cumplir con el deseo de volver pero terminaron perdiendo todo. Testimonios no faltan, quienes "REGRESARON" al país fracazan cuando intentan repetir sus actividades en Paraguay y simplemene les fue mal. El flujo de la economía es diferente, la circulación diaria de plata es diferente, por lo que se necesita màs información.
Esta crisis será un desafío más para el gobierno de Fernándo Lugo. El presidente prometió que ayudaría en el proceso del retorno digno al Paraguay durante el Primer Congreso de Migrantes.
Entradas
