Entrevista
Lic. Ariel Acosta Sánchez
Investigador
Dr. Eduardo Luis Duhalde, Secretario de Derechos Humanos de la Argentina.
Cuál es el concepto académico de dictadura que ustedes, los argentinos, manejan? Allá en Paraguay la dictadura de Stroessner duró treinta y cinco años, cayó hace más de veinte, pero en los ámbitos académicos no podemos decir libremente la dictadura de Stroessner, entonces...
Eduardo Duhalde interrumpe y acota:
- Todo Gobierno autoritario surgido de golpes de Estados, de toma de poder por otro sistema que no sea el provisto constitucionalmente electoral, es una dictadura. Después podrán organizar farsas de mantenimiento de pseudoelecciones, para tomar el poder; pero el dicho fundante es la toma del poder a mansalva; eso es una dictadura. Y nosotros llamamos dictadura, dictadura terrorista, a la dictadura de 1976, porque utilizó el terror como método de disciplinamiento social y vivió un terror en un doble carácter oculto, a los efectos de no mostrarlo al mundo y no obligar a la intervención del poder judicial; pero, a su vez, con un poder tras un proceso terrorista que trascendiera, porque si no trascendía no producía el efecto del terror de los vastos sectores sociales y su disciplinamiento.
- Cuando venimos del Paraguay, nosotros vemos y admiramos de la Argentina las políticas de memoria que implementan aquí, en la Argentina. Ahora a nosotros, los paraguayos, también nos preocupan las políticas de desmemoria. ¿Cómo ustedes están viendo este proceso?
- Primero le voy a decir: aquí existen políticas de memoria que el Estado las ha hecho suyas, pero que, como dijo el ex presidente Kirchner en la Asamblea de las Naciones Unidas, en el año 2004, los argentinos somos hijos de las madres y abuelas de Plaza de Mayo, es decir, de la lucha de los movimientos de derechos humanos, lo que hizo posible que el Estado asumiera estas políticas en una coyuntura histórica diferente. No se puede simplemente desde los brazos cruzados pedir que el Estado asuma, es la propia sociedad la que debe reclamar y hacer camino a este andar de las responsabilidades de los dictadores y de sus cómplices civiles y todo su engramado. Cuando me pregunta el problema de desmemoria... Y la memoria es un combate, la memoria es la representación de los hechos que tiene cada sector social... Entonces, lo que discutimos es qué memoria se va a hegemonizar, y cómo se contribuye a la construcción de una memoria social, si va a ser la memoria de los sectores del privilegio, los sectores terroristas, etcétera, o la memoria de las víctimas, la memoria del pueblo. Entonces, por eso es el combate por la memoria y la hegemonía. Nosotros sabemos que cuando llora Bussi (militar represor) en el juicio por el poder perdido, su memoria no es, por ejemplo, la mía o la de cualquiera: tenemos memorias antagónicas. Él lo que rescata y añora es el poder genocida; nosotros lo que rescatamos es el genocidio para el juzgamiento y construcción de una sociedad mejor, a partir de que no haya más crímenes de Estado.
- Bueno, hablamos del "nunca más" en un momento en que se lleva adelante un golpe de Estado en Honduras, donde se secuestra...
- Mire, siempre va a haber la posibilidad de golpes militares en América Latina. Lo importante son el aislamiento y las fuerzas con que se ha condenado, desde los restantes países de América Latina, a ese golpe. Estamos acostumbrados, en América Latina incluso, a doctrinas del derecho para el rápido reconocimiento de los Gobiernos de facto.
Creo que América Latina, en parte de sus pronunciamientos, ha dado pasos institucionales importantes: la cláusula de la democracia, la adoptada por el Mercosur, la defensa de la democracia de la OEA, el planteo de Unasur muy rápido frente a la masacre de Pando y el intento de desestabilización del Gobierno de Evo Morales, prueban de que muchas cosas han cambiado en América Latina, y que hoy no solo hacen falta condiciones internas para dar un golpe de Estado, que a veces de éstas se fabrican, sino que la comunidad internacional no está dispuesta a aceptar en silencio estos nuevos golpes de Estado.
Eduardo Duhalde interrumpe y acota:
- Todo Gobierno autoritario surgido de golpes de Estados, de toma de poder por otro sistema que no sea el provisto constitucionalmente electoral, es una dictadura. Después podrán organizar farsas de mantenimiento de pseudoelecciones, para tomar el poder; pero el dicho fundante es la toma del poder a mansalva; eso es una dictadura. Y nosotros llamamos dictadura, dictadura terrorista, a la dictadura de 1976, porque utilizó el terror como método de disciplinamiento social y vivió un terror en un doble carácter oculto, a los efectos de no mostrarlo al mundo y no obligar a la intervención del poder judicial; pero, a su vez, con un poder tras un proceso terrorista que trascendiera, porque si no trascendía no producía el efecto del terror de los vastos sectores sociales y su disciplinamiento.
- Cuando venimos del Paraguay, nosotros vemos y admiramos de la Argentina las políticas de memoria que implementan aquí, en la Argentina. Ahora a nosotros, los paraguayos, también nos preocupan las políticas de desmemoria. ¿Cómo ustedes están viendo este proceso?
- Primero le voy a decir: aquí existen políticas de memoria que el Estado las ha hecho suyas, pero que, como dijo el ex presidente Kirchner en la Asamblea de las Naciones Unidas, en el año 2004, los argentinos somos hijos de las madres y abuelas de Plaza de Mayo, es decir, de la lucha de los movimientos de derechos humanos, lo que hizo posible que el Estado asumiera estas políticas en una coyuntura histórica diferente. No se puede simplemente desde los brazos cruzados pedir que el Estado asuma, es la propia sociedad la que debe reclamar y hacer camino a este andar de las responsabilidades de los dictadores y de sus cómplices civiles y todo su engramado. Cuando me pregunta el problema de desmemoria... Y la memoria es un combate, la memoria es la representación de los hechos que tiene cada sector social... Entonces, lo que discutimos es qué memoria se va a hegemonizar, y cómo se contribuye a la construcción de una memoria social, si va a ser la memoria de los sectores del privilegio, los sectores terroristas, etcétera, o la memoria de las víctimas, la memoria del pueblo. Entonces, por eso es el combate por la memoria y la hegemonía. Nosotros sabemos que cuando llora Bussi (militar represor) en el juicio por el poder perdido, su memoria no es, por ejemplo, la mía o la de cualquiera: tenemos memorias antagónicas. Él lo que rescata y añora es el poder genocida; nosotros lo que rescatamos es el genocidio para el juzgamiento y construcción de una sociedad mejor, a partir de que no haya más crímenes de Estado.
- Bueno, hablamos del "nunca más" en un momento en que se lleva adelante un golpe de Estado en Honduras, donde se secuestra...
- Mire, siempre va a haber la posibilidad de golpes militares en América Latina. Lo importante son el aislamiento y las fuerzas con que se ha condenado, desde los restantes países de América Latina, a ese golpe. Estamos acostumbrados, en América Latina incluso, a doctrinas del derecho para el rápido reconocimiento de los Gobiernos de facto.
Creo que América Latina, en parte de sus pronunciamientos, ha dado pasos institucionales importantes: la cláusula de la democracia, la adoptada por el Mercosur, la defensa de la democracia de la OEA, el planteo de Unasur muy rápido frente a la masacre de Pando y el intento de desestabilización del Gobierno de Evo Morales, prueban de que muchas cosas han cambiado en América Latina, y que hoy no solo hacen falta condiciones internas para dar un golpe de Estado, que a veces de éstas se fabrican, sino que la comunidad internacional no está dispuesta a aceptar en silencio estos nuevos golpes de Estado.
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